• Guarapita
  • Posts
  • Simón y un combo para llevar: las imágenes de una década 🍿

Simón y un combo para llevar: las imágenes de una década 🍿

Sábado 16 de septiembre de 2023

[Fruta]

10 años que vivimos en peligro

 

 

🎬🍿🥤

 

Lo que parecía imposible ocurrió, y algunos tienen clara la razón. “Muestra la derrota de los demócratas y la victoria de los torturadores y autócratas”, dice Andrés Cañizález tras el estreno de Simón, de la que se temió que jamás llegaría a las salas nacionales. Más o menos coincide, en sus redes sociales, Tony Frangie. Es la película de la que todos hablan en septiembre de 2023, o al menos en nuestro círculo social. Donde algunos ven fracaso, otros valoran la convocatoria a la reconciliación colectiva, como Humberto Sánchez Amaya. “Simón nos habla también del perdón y del olvido; del exorcismo de los abrazos sinceros; de la presencia eterna de los que ya se fueron; de la impostergable necesidad de seguir adelante”, concluye Omar Lugo.

 

El primer largometraje de Diego Vicentini está inspirado en las protestas de 2017, y en cómo tratas de reconstruirte en una realidad ajena después de ser torturado y forzado a migrar. ¿Tortura? ¿De quiénes? ¿Migrar? ¿De dónde? ¿Si una persona hubiera estado escondida los últimos 10 años en un búnker bajo tierra, qué videos, documentales o películas le podríamos mostrar para contarle lo que ocurrió en Venezuela? Quizás el recorrido podría empezar con el docu Caracas, ciudad de despedidas (Javier Pita, 2012), el del “me iría demasiado”, un deseo que entonces sonaba sifrino pero que luego se multiplicó por millones y sin distinción de clases sociales. Que lo digan aquellos Caminantes junto a los que el humorista José Rafael Guzmán se fajó también a gastar suela como los buenos.

 

No todo tendría que ser terrible. No te asustes. Además de esos documentales imprescindibles de las protestas que menciona Humberto como Somos todo, somos todos (2017, Hernán Jabes) o la serie Selfiementary (2017, Carlos Caridad Montero), en ese mix audiovisual podríamos colear a Free Color (2020, Alberto Arvelo), sobre lo que nos dejó el artista Carlos Cruz-Diez (1923-2019): un país cinético que ya no puede ser, y al que le toca reinventarse. “Es una película que no dialoga sobre la crisis, pero sí sobre la supervivencia del gentilicio en medio de una coyuntura violenta y devastadora. Finalmente el maestro explica lo que experimenta cuando su obra se convirtió en la gran despedida de Venezuela”, nos recuerda Aglaia Berlutti. La Cromointerferencia de color aditivo, más allá de la tristeza, es realmente adictiva.

 

¿Cómo podría ser Venezuela después de que pase todo esto? Cualquier cosa, pero casi seguro, tampoco un país donde todos se agarren de las manos. Así no funciona la realidad. Por eso Aglaia agrega a Jezabel (2022, Hernán Jabes), “una distopía basada en la novela del mismo nombre de Eduardo Sánchez Rugeles, que aborda a la Venezuela post-madurismo y por ende post-chavismo, que todavía no existe. Incluso así, su mirada es dura, bien construida y toma en cuenta una época de cambios y violencia”. Si Jezabel tiene mucho de secuela, en la Caña clara nos tomamos un trago con Dirección opuesta (2019, Alejandro Bellame), que también sale de las páginas de Sánchez Rugeles y de algún modo es la precuela.

 

En Yo y las bestias (2021, Nico Manzano) parece que no pasara nada: un pana músico trata de grabar su disco como solista entre apagón y apagón, y al final, solo le acompañan un par de fantasmitas. Y sin embargo, pasa mucho. “Sin hablar de una crisis humanitaria directamente, de padres desempleados o de madres solteras, termina hablando de la crisis”, la escoge Catherine Medina, que siempre está en la zona hablando de series y películas. “El filme de Manzano muestra el lado más complicado de ser artista en Venezuela, un problema que al final se ha vuelto mundial: allí tienes a los actores de Hollywood montados en una huelga y peleando por un seguro HCM”, concluye Medina.

 

Porque al final, de eso se tratan las grandes obras de cualquier arte: convertir tu rollo local en un planteamiento universal. No todo ha sido pasar hambre, trabajo, colas, tragar bombas lacrimógenas y despedir a seres queridos: nos hemos hecho compañía, y esperamos que Guarapita haya sido también una parte de tu vida.

 

[Caña clara]

El soundtrack que todos escuchamos

Cuando hablamos de pelis que retratan a Venezuela, Dirección Opuesta es una de las favoritas. ¿Pero cómo es el soundtrack de nuestros problemas? A que no te lo habías preguntado...

 
Eugenia es una chama que quiere irse de Venezuela, un país luz, sin gas, con protestas, con pobreza y con la cara de Chávez pintada por toda Caracas. Todo es un peo, si nos permiten usar el mismo adjetivo que usan en la película Dirección Opuesta, dirigida por Alejandro Bellame y basada en la novela Blue Label/Etiqueta Azul, de Eduardo Sánchez Rugeles. Lo normal es que, si la ves, también escuches a Cayayo Troconis (1968-1999), ícono del rock venezolano, con alguna canción de su banda Dermis Tatú que nunca vio la luz. Y allí, detrás de todo eso, un supervisor que vigila cada aspecto del soundtrack: William Padrón, que ahora se toma un guarapo.

 

–¿Cómo fue tu experiencia con la banda sonora de una película venezolana? ¿Con qué limitaciones te encontraste?

–Fue una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida. Cuando Jenny Navarro (Medios) y José Ernesto Martínez (productor ejecutivo) me llamaron, la idea de ponerle música a una película era algo que siempre había querido hacer. Crecí hurgando la música de películas que me gustaban o descubriendo películas por canciones que me marcaron. Uno de mis ídolos fue Cameron Crowe desde que hizo la película Singles, y luego Almost Famous. Las genialidades de Tarantino al encontrar música para sus películas.

 

José Ernesto fue clave, porque de alguna manera estuvo pendiente de que mi documental, Una Fábula Muy Trillada, sobre los 20 años del disco de Dermis Tatú, se proyectara en cines venezolanos. El documental solo fue proyectado en New York y Argentina, así que hicimos lo que se pudo antes de venirme a Chile. Dicho esto, me llamó a ver qué me parecía la idea. Como ya había escrito el libro de Sentimiento Muerto y tenía cercanía con Dermis Tatú, me propuso reunirnos con Alejandro Bellame y ahí nos sentamos.

 

Leer el guión e ir pensando canciones que podrían entrar en las escenas (aprobado por el director), leer el libro Blue Label –además, fue genial conocer a Eduardo Sánchez Rugeles– y entender la génesis de la historia. Cómo capturar esa esencia. Las limitaciones que te consigues en este tipo de proyectos son, sobre todo, económicas. Si el presupuesto es limitado, debes saber cómo elegir las canciones y pagar sus derechos a los artistas, negociar permisos. Y ahora viene el cuento divertido. Aunque no fue un gran problema, hubo que pensar muy bien en las fechas para usar el resto de canciones.

 

–¿Por qué Cayayo Troconis?

–En la historia original del libro, el personaje de Luis Tévez es fan de Bob Dylan. Ahí empieza una limitación, porque obtener permisos y derechos de canciones de Dylan, casi significaba grabar con un iPhone y cederle todo el presupuesto al publishing de Dylan, si es que autorizaba las canciones (risas). Alejandro ya tenía la idea de Cayayo como ese personaje que influía a una generación, aunque no al nivel folk y solista de Dylan. Cuando nos reunimos fue sobre todo para darle conceptualidad. Recordé que Cayayo tenía unas canciones sin editar, que si bien parecen ser del segundo disco de Dermis Tatú que nunca salió, podrían funcionar como un intento solista. Al final, Cayayo tiene ese misticismo, ese aura punk urbano con historias rebeldes que sincronizan un momento caraqueño y venezolano.

 

–¿Crees que Eugenia todavía tendría la idea de emigrar?

–Sí. El personaje es una chica con otros conflictos personales que la motivan a huir. Su conflicto es más el de la herida familiar y de alguna forma siente que hay una búsqueda que la lleva a irse. Habría que preguntarle a Eduardo Rugeles si ahora la ve igual.

 

–Cuatro años después del estreno, ¿qué sientes al ver Dirección Opuesta?

–Orgullo y gratitud. Todos tenemos una perspectiva de cómo nuestras verdades y experiencias nos conectan con el entorno. Siento que cumplí un sueño de music supervisor. En el camino, y premeditadamente, hablaba con el equipo sobre la idea de levantar un soundtrack local, con artistas y canciones que contaran una historia arraigada a esos años que vivimos desde nuestra realidad. Cuando vi la película por primera vez, sentí nostalgia, recordé los días de lectura de guión y cómo las mismas historias de las canciones seleccionadas encajaban en las situaciones, le daban vida a otra historia.

 

–¿Eres más #TeamLuis con Bob Dylan o #TeamEugenia con Caramelos de Cianuro?

–Jajaja. Es que nunca he sido fan de Dylan. De joven escuché los primeros discos de Caramelos que son mis favoritos, en los 90s… y escribí el libro de Caramelos de Cianuro, así que no sé qué responder. Pero me identifico con Luis.

[Melao]

Pusimos pies en el piso y vimos todo demolido a escombros, tanto destrozo, de un lado y de otro: Bailando sobre las ruinas (Desorden Público) le suena burda a William Padrón si le preguntamos por los últimos 10 años de Venezuela

 

Si ya lo teníamos aquí, no le íbamos a soltar el brazo tan fácil. Acá va un Melao 3×1 con William Padrón:

 

🎵 ¿Soundtracks de películas venezolanas que considera más memorables?

 

Especial

Nena, salúdame al Diego

Una Fábula Muy Trillada (autogol, dirigida por mi)

El Malquerido

Yo y las bestias

Piedra, papel o tijera

 

🎬 ¿Películas venezolanas que todos deberíamos conocer?

 

La casa del fin de los tiempos

Secuestro express

Papita, maní, tostón (lo siento, debía ponerlo)

Azul y no tan rosa

La hora cero

Liz en septiembre

El rumor de las piedras

Hermanos

Oriana

 

🎧 ¿Canciones que mejor representan el presente venezolano en los últimos 10 años?

 

Iran – Maiquetía

Rawayana – Váyanse todos a mamá

Bioshaft – Fiesta animal

Caramelos de Cianuro – Kalashnikov

Viniloversus – Ares

Tomates Fritos – Hospital

YEI – Los Pérez Domínguez (bien pudo estar en la película)

Los Mesoneros – Riesgo

Desorden Público – Bailando sobre las ruinas o Todo está muy normal

 

«Una lista complicada porque los contextos cambian y las razones también. Tal vez es cómo recuerdo las situaciones de gente cercana y sus realidades: migración, aceptación, esperanza, ira, descontento, búsqueda».

 

 

“La ignorancia, en esos años,

se valoraba como un patrimonio de la Unesco”

 

Eduardo Sánchez Rugeles, Jezabel

 

 

Guarapita, un destilado de Arepita 🍹ara